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EL PROYECTO MARCABRERA INSTALA UN SISTEMA PROPULSOR HÍBRIDO.

La contaminación del medio ambiente debido a las emisiones contaminantes que se generan en la combustión de nuestros motores [óxidos de nitrógeno, Hidrocarburos, Monóxido de carbono y partículas] favorecen el deterioro de la capa de ozono, provocan lluvia acida y el calentamiento global por lo que ha sido motivo de preocupación en el Proyecto Marcabrera desde su inicio.

Hace cuatro años pusimos en marcha nuestro programa de “Contaminación Zero” y “Huella de CO2” en la que además de llevar un minucioso mantenimiento preventivo de todos los motores, para reducir al máximo las emisiones, se buscó la disminución en el consumo de combustible y rebajamos significativamente las velocidades de las embarcaciones. Además, se establecieron compromisos con propietarios de 80 hectáreas de masa forestal madura (clase dimétrico ≤15 cm) para garantizar su viabilidad a través de trabajos de silvicultura y que en su desarrollo anual absorbiesen tanto CO2 como emitíamos en el conjunto de nuestra actividad empresarial (Oficinas, embarcaciones, proveedores y asistencias técnicas externas).

Nuestro departamento de Investigación y Aplicaciones, tras el desarrollo de los exitosos sistemas wiffi-smartphone de reproducción de audios a bordo que se instalaron en 2014, forjo durante 2016 un nuevo concepto de motorizaciones con el objetivo de crear una nueva forma de impulsar las embarcaciones eliminando o reduciendo las emisiones de partículas contaminantes y a la vez obtener la energía de fuentes renovables. Surge casi de forma natural como respuesta a la evolución de nuestro compromiso social empresarial. En la búsqueda de la mejor solución posible exploramos el hidrogeno. Esta tecnología para las embarcaciones aún está en fase de desarrollo, presenta problemas de almacenamiento y de eficiencia en su proceso de obtención, que es del orden del 30%. Como aspecto positivo podemos decir que las emisiones son de vapor de agua. Consideramos al hidrogeno una solución a largo plazo. Los biocombustibles que se obtienen a partir de plantaciones de cereales, remolacha, etc.… hubiesen podido ser una solución transitoria, pero que se nos presentaba como poco ético contribuir a la especulación que están sufriendo estas materias primas por demandas como las nuestras (a multiplicado por cuatro su precio en los últimos cinco años) e impidiendo el acceso a este producto alimenticio básico para millones de personas del Tercer Mundo. Más interesante son los usos de biocombustible provenientes de desechos de industrias y las aplicaciones de los residuos ya sea en gas o en estado sólido, o incluso de origen marino con las algas. La ventaja es que son combustibles bastante parecidos a los derivados del petróleo y los motores no necesitan demasiada adaptación, se puede considerar que son una fuente renovable, pero mantiene las emisiones similares a las actuales. También exploramos combustible GLP (gas licuado del petróleo) o GNC (gas natural comprimido). Estos combustibles son más abundantes que el petróleo y tienen la ventaja de que contaminan menos ya que su combustión es más limpia y el consumo menor. La adaptación a un motor convencional también es relativamente sencilla. Por desgracia esta tecnología apenas está disponible debido a los pocos puntos de carga. Otra solución alternativa que valoramos para sustituir al petróleo ha sido el uso de motores 100% eléctricos alimentados con baterías. Con cero emisiones era una buena solución, la pega que tenemos actualmente es que esa energía se acumula en baterías y su tecnología actual (están evolucionando rápidamente) no permite autonomías de más de 12 horas con nuestros desplazamientos y rutas. Por último se exploraron diferentes sistemas propulsores híbridos (eléctricos + combustión) con gestión inteligente de la energía a bordo. Está opción nos aporta una embarcación más autónoma que la 100% eléctrica y menos dependiente de un combustible fósil con su consiguiente reducción de consumos y contaminación. Además, criterios de valor añadido para nosotros como es el confort por la ausencia de ruido de motor, la sostenibilidad al utilizar energía renovable y la mayor autonomía de las embarcaciones estaban presentes en esta opción, por lo que nos decantamos por ella, motorización híbrida. Desde el inicio se habían planteado elevados estándares de seguridad y en la opción elegida era preciso tener en cuenta factores cruciales, teniendo en cuenta que estábamos evaluando el emplazamiento de motores eléctricos, un grupo de baterías de litio y un cableado de elevado voltaje, todo en un ambiente marino. La motorización eléctrica elegida ha sido la que oferta la empresa Torqueedo, ya que además de facilitar de una gran potencia progresiva, garantiza la estanqueidad de todos los elementos con grado de protección IP67 (inmersión a 1 metro durante 30 minutos sin filtraciones), en caso de emergencia un sistema de seguridad corta automáticamente la salida a red de las baterías y activa la rápida evacuación de gases; todas las embarcaciones están expuestas a fuertes impactos por pantocazos involuntarios, por lo que las baterías y sistemas de gestión de baterías están emplazados en un área protegida con una amortiguación específica y el cableado está continuamente monitorizado por un sistema de comprobación de daños y de conectividad que en caso de detectar alguna irregularidad automáticamente reduce la tensión del sistema con el fin de evitar riesgos innecesarios. El Proyecto Marcabrera dispondrá, de para el 2017 de una embarcación de motorización híbrida y gestión eficiente de la energía de 12 plazas cada una de ellas. Estimamos reducir significativamente nuestra huella de CO2 y proporcionar una nueva experiencia a nuestros clientes con el mar, contribuyendo hacia una necesaria transición de energías 100% limpias y renovables. Se trata de una experiencia piloto, pionera en el transporte marítimo a nivel mundial y que esperamos sea exitosa, en ese caso, la extrapolaremos a las demás embarcaciones de la flota, esperando que esta nueva tecnología sea una realidad para el 100% de la flota Marcabrera en el 2018. Redacción Marcabrera.