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NUESTROS NIETOS NO PODRÁN VIVIR EN SU TIERRA.

Todos somos conscientes de que hemos sobrepasado los umbrales críticos de muchos de los sistemas y subsistemas de la Tierra, -pérdida de diversidad Biológica, alteración del ciclo del nitrógeno y del fósforo, acidificación de los océanos, disponibilidad de agua potable, cambio climático…..

 

Las temperaturas regionales en la cuenca mediterránea son actualmente 1,3°C mayores que durante el período 1880-1920, en comparación con el aumento de 0,85°C en todo el mundo. Si la temperatura aumenta más de 1,5ºC respecto a los niveles preindustriales –lo que algunos científicos ya consideran irreversible– los cambios en los ecosistemas mediterráneos, sin precedentes en los últimos 10.000 años, convertirán al sur de la Península y a Baleares en una zona desértica.

 

El Acuerdo de París COP21 se marcó como objetivo no sobrepasar los 2ºC de aumento de la temperatura respecto a los niveles preindustriales y, como límite ideal, 1,5ºC. Aún con estos límites se tiene la certeza científica de que se están generando y se generarán condiciones de extrema aridez para nuestras islas.

 

Recientemente en la revista Science(1) ha salido publicado el estudio, de Joel Guiot, de la Universidad de Aix-Marsella, y Wolfgang Cramer, del Instituto Mediterráneo para la Biodiversidad y Ecología (IMBE), donde describen un modelo de lo que ocurrirá con la vegetación mediterránea según el nivel de emisiones de carbono utilizando datos históricos y modelos informáticos para predecir el posible impacto del cambio climático en la región mediterránea. Utilizaron núcleos de polen de sedimentos del Mediterráneo para reconstruir la variabilidad del clima y del ecosistema de los últimos 10.000 años. Después, utilizaron esta información en diferentes modelos para predecir futuros cambios en la temperatura del ecosistema.

 

"Los granos de polen se diseminan por la vegetación. Cada especie tiene un tipo de polen con una morfología específica. Se toman muestras del núcleo y se cuentan según su tipo. Cuando nos encontramos muchos granos de polen de roble, podemos decir que la vegetación era templada y húmeda; si hallamos más de árboles boreales (abeto, picea) el clima era más frío", declara Joel Guiot.

 

Cada muestra de polen proporciona a los científicos una imagen de la vegetación del pasado. Con estos datos, y utilizando diferentes modelos de simulación, pudieron inferir el clima para cada tipo de vegetación. 

 

Las conclusiones en todos los simulacros, incluso en aquellos que respetaban los objetivos propuestos por los gobiernos en la Conferencia de París COP21, describen que el cambio ecológico que se prevé excede con creces de lo que ocurrió durante el Holoceno, y en concreto para nuestras islas el escenario es un desierto.

 

La comunidad científica nos alerta sobre la “urgencia de actuar ante las amenazas identificadas”, pero nosotros avanzamos, deliberadamente ciegos, hacia un futuro incierto y peligroso no solo para nosotros sino para nuestros hijos y nietos, que poco nos tendrán que agradecer.

 

1.- (http://science.sciencemag.org/content/354/6311/465)