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El fraude del acuerdo de parís / COP21

Y desde Marcabrera asistimos perplejos a una de las mejores representaciones teatrales del cinismo y la hipocresía del poder con la complicidad de la prensa y la ciencia, que por escabrosas razones se limita a comentar con timidez que el texto es imperfecto, pero trata asuntos generales importantes como la adaptación, la reducción de emisiones, pérdidas y daños, descarbonización…etc. Los más atrevidos se refieren a él con las bondades de que “mejorará en los próximos años, pero ahora es importante tener un marco claro para que todos los países del mundo sepan en qué dirección ir”.

La realidad es que llevamos ya más de 25 años desde el primer informe del IPCC sobre el cambio climático, se han sucedido las megacumbres intergubernamentales (Rio de Janeiro, Kioto, Copenhague y Durban), se ha incumplido todos los acuerdos y los gases de efecto invernadero no han dejado de aumentar y multiplicar sus efectos.

Según el mismo documento las emisiones de CO2 –que representan el 75% de las emisiones totales de efecto invernadero- tienen su máximo en los años 2013 y 2014 y a finales de siglo el aumento de la temperatura se situará en entre 2,7ºC y 3,5ºC; se llegará a un aumento de 1,5ºC en un plazo de 5 a 10 años. Sin embargo el Acuerdo de París no es vinculante y está muy lejos de suponer un contexto de seguridad climática para el planeta ni implica los profundos cambios que son necesarios para mantener la temperatura global por debajo de los 2ºC. De entrar en vigor lo haría dentro de 6 años y marca la meta para el siglo XXI de no superar los 1,5ºC de calentamiento pero no define cómo se va a conseguir y deja en manos de la buena voluntad de los Gobiernos asistidos por las grandes corporaciones el desarrollo de estrategias particulares contra el cambio climático.

Eso si el documento está repleto de menciones para alimentar a los titulares de prensa, el tipo: “es necesario alcanzar un equilibrio entre las emisiones antropogénicas y los sumideros de carbono en la segunda mitad del siglo XXI, en base a la justicia, y en el contexto del desarrollo sostenible y los esfuerzos para erradicar la pobreza”.

Seamos justos, no todo han sido incumplimientos, en la Cumbres anteriores se lanzo con notable éxito el MERCADO DE EMISIONES, que en 2010, 5 años después de su creación, sus transacciones alcanzaron un valor de 70.000 mill. de €; no hay que olvidar que el punto de partida, los DERECHOS DE CONTAMINACIÓN, se les otorgaron gratis a más de 10.000 grandes empresas solo en Europa y que los niveles de CO2 en la atmósfera no han dejado de subir. En esta Cumbre de París no podía ser menos, y bajo el eslogan de que “la tecnología salvara el mundo”, olvidándose de que es ella quien lo está destruyendo, se crea un fondo de 100 mill de dólares anuales, revisables al alza, para distribuir sin criterio definido entre las grandes empresas que aporten procesos tecnológicos en la lucha contra al cambio climático.

Esta oportunidad perdida lo que realmente nos va a traer será el aumento del nivel del mar de más de 40 cm en los próximos 50 años, una brutal pérdida de recursos y biodiversidad, se tensionará los conflictos por el acceso al agua dulce, se perderán muchas zonas agrícolas, ganaderas y forestales y se acidificaran los océanos.