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España sigue esquivando buenas medidas para la protección de las aguas profundas.

Después de más de tres años de trámite desde que la Comisión Europea lanzara su propuesta de nuevo reglamento y tras los innumerables retrasos, finalmente la semana pasada se iniciaron las discusiones en el trílogo (negociaciones a tres bandas entre el Consejo, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo) dándose así los últimos pasos en la tramitación de este expediente.

La posición de España en este asunto siempre ha sido la de oposición frontal a la propuesta que presentó la Comisión Europea, entre otras cuestiones, para prohibir el uso del arrastre de fondo en aguas profundas en el Atlántico nororiental, tanto en aguas internacionales como en aguas de la Unión Europea. 

La pesca de arrastre de fondo es el arte de pesca considerado más destructivo para los hábitats en aguas profundas. A día de hoy, el Consejo propone una prohibición para este arte de pesca por debajo de 800 metros de profundidad. Sin embargo, parece que España sólo apoyaría esta medida si se debilitara el ámbito de aplicación del nuevo reglamento, eliminando las aguas internacionales.

“Reducir el ámbito de aplicación tiene como objetivo evitar que gran parte de la flota española, que faena principalmente en aguas internacionales, se viera obligada a cumplir con las medidas de conservación establecidas por el nuevo reglamento, lo que minaría el objetivo de buena gobernanza de pesquerías internacionales marcado por la Política Pesquera Común”, dice Raúl García, de WWF España.

En diversas ocasiones, las ONGs han preguntado al Gobierno sobre el número de barcos que se podrían ver afectados por esta nueva normativa, especialmente por la limitación por profundidad del uso de arrastre, pero todos los esfuerzos han sido infructuosos y no se ha conseguido nunca una respuesta clara. “Esta falta de transparencia contrasta con otros países también implicados en estas pesquerías como Francia y Reino Unido, que sí que dieron sus datos cuando fueron requeridos”, comenta Elvira Jiménez de Greenpeace.

“España, como actor principal en la pesca en aguas profundas debería apoyar medidas que no sólo sirvan para conservar sus hábitats y especies, sino también para mantener una actividad pesquera sostenible y perdurable” dice Samuel Martín-Sosa de Ecologistas en Acción.

Estudios científicos indican que limitar el uso del arrastre de fondo a 600 metros de profundidad permitiría proteger adecuadamente los ecosistemas marinos vulnerables y minimizar la captura accidental de especies de profundidad. “La propuesta del Consejo de limitar el arrastre de fondo a 800 metros de profundidad, es una propuesta de compromiso que representaría un paso positivo hacia la conservación de este medio tan vulnerable”, comenta Javier López de Oceana.

“Urgimos a la Ministra Isabel García Tejerina que apoye medidas de conservación como la limitación a 800 metros y el cierre de áreas donde existan ecosistemas vulnerables para las pesquerías de arrastre de fondo en aguas profundas de la UE, incluyendo las españolas que operan en aguas internacionales del Atlántico nororiental”, concluye Àlex Bartolí de la DSCC.

CONTEXTO 

  •  En julio de 2012 la Comisión Europea presentó una propuesta para sustituir el actual reglamento de pesca en aguas profundas en el Atlántico nororiental, debido a su ineficacia. El reglamento actualmente en vigor, data del año 2002, y no ha servido para gestionar adecuadamente ni las especies ni los ecosistemas  de aguas profundas.
  • Desde el año 2004, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha adoptado una serie de resoluciones que instan a las naciones a adoptar “medidas urgentes” para proteger los vulnerables ecosistemas marinos de aguas profundas frente a los destructivos impactos de la pesca de arrastre de fondo y otros tipos de pesca de altura potencialmente perjudiciales.
  • Según un estudio de la Comisión Europea de 2007, “Muchas poblaciones de aguas profundas tienen una productividad tan baja que es probable que los niveles sostenibles de explotación sean demasiado bajos como para soportar una actividad pesquera económicamente viable”.
  • En 2010, el CIEM consideró que las capturas de alta mar de la UE estaban “totalmente fuera de los límites biológicos de seguridad”.
  • Francia y Reino Unido cuentan sólo con 12 barcos cada uno pescando una pequeña parte de su tiempo por debajo de los 600 metros, o de 10 barcos por debajo de los 800 metros, en el caso de Francia.

Fuente: OCEANA