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Los efectos del cambio climático alteran la regeneración de gusanos marinos.

Los investigadores se fijaron en Diopatra neapolitana por su interés comercial, ya que es capturado para ser utilizado como cebo de pesca, y por su importancia ecológica, como fuente de alimento para muchos peces y crustáceos, según explica  la investigadora del CESAM Adília Pires. Además, es una especie ampliamente distribuida por toda Europa, se puede encontrar desde la costa atlántica francesa hasta el Mediterráneo, así que estudiarla tiene un gran interés.

Para realizar los experimentos, los científicos les practicaron cortes a estos organismos y los introdujeron en acuarios de vidrio para comprobar cómo regeneraban su parte posterior. Cada cierto tiempo tomaban medidas de los gusanos sometidos a diferentes condiciones de acidez, salinidad y temperatura.

Los resultados más importantes se reflejan en un artículo publicado en Marine Environmental Research e indican que una disminución en el pH del mar (mayor acidez) y cambios abruptos en la salinidad provocan que este poliqueto necesite más días para completar la regeneración. Por el contrario, al aumentar la temperatura, la regeneración aumenta

Las previsiones de cambio climático indican que todos estos factores se pueden producir juntos, tanto los cambios en el pH y la salinidad, que dificultan la regeneración, como el aumento de las temperaturas, que la acelera. Sin embargo, los científicos no tienen claro que unas circunstancias puedan compensar las otras. “Es importante estudiar los efectos combinados de temperatura y salinidad, porque no sabemos cuál de las dos condiciones puede tener más impacto”, comenta la experta.

En cualquier caso, esta línea de investigación “puede ayudarnos a entender las posibles consecuencias sobre el cambio climático”. El retraso en la regeneración tendría consecuencias negativas para la reproducción de la especie y, en un futuro próximo, esto podría poner en peligro su conservación, según los especialistas de la Universidad de Aveiro.

“Algunas especies son capaces de adaptarse bien al cambio climático, mientras que las más sensibles se ven gravemente afectadas, pero en el caso de D. neapolitana tenemos que hacer más estudios para estar seguros, aunque podría ser capaz de adaptarse salvo si la salinidad es muy baja”, señala la investigadora.

En cualquier caso, si el cambio climático puede reducir de forma importante algunas especies, las consecuencias se dejarán sentir en toda la cadena alimentaria, lo que puede provocar que algunas especies que no se ven afectadas directamente se queden sin comida y tengan que buscar otras formas de alimentarse.

Aunque esta investigación de Adília Pires se ha centrado en los poliquetos y su sensibilidad al cambio climático, también analiza cómo se ven afectados estos animales ante otras alteraciones, como los productos contaminantes que acaban en las aguas del mar. Entre otros aspectos, ha comprobado que la contaminación por productos farmacéuticos también modifica la capacidad de regeneración de estos organismos y les provocan alteraciones a nivel celular.